Siempre fui una niña que creció rodeada de libros y con una abuela que cada día que yo quería entrar a la cocina me decía: “sal de aquí, ve y coge un libro. No quiero una nieta con aire en el cerebro”   tengo que confesar que es frase me persigue todos los días de mi vida. Para ese entonces no alcanzaba a comprender la dimensión y lo que eso significaría en vida. Gracias a esa abuela que la vida me dio, hoy me doy cuenta de lo que el hábito de la lectura creo en mí. Me ha ayudado a ser una persona con amplio criterio de la vida, con el deseó constante de explorar nuevas ideas, historias y países.

Este día quiero hacer un llamado a todos aquellos que tienen hijos que les inculquen el hábito de la lectura; esto les ayudara a sus pequeños a fortalecer la memoria y poco a poco irán aumentando su vocabulario y será más fácil para ellos el comprender y analizar diferentes palabras y sus significados. Recuerda que su futuro será prometedor ya que la lectura alimenta el deseó de crecer, estudiar y cada día aprender más.

Y si eres adulto te exhorto a que tomes un libro de un tema que más te guste y así paulatinamente tu mente y tu imaginación se verá envuelta en un mundo mágico que tu propio lo creas.

La lectura te ayudara a siempre tener temas de conversación a saber debatir y no quedarte con opiniones subjetivas. También alimenta tu imaginación  mejora tu gramática.

Unas de mis sugerencias para qué disfrutes de este hábito son:

  1. Forma parte de grupos de lectura. Estos grupos ayudan a que todo sea más dinámico, escuchas opiniones y no se vuelve monótono o aburrido lo que lees.
  2. Busca libros básicos que no sean complicados y elije un tema que te guste.
  3. No te enfoques en el escritor. No siempre los mejores libros están escritos por los autores más reconocidos.
  4. Reflexiona lo que lees y así lo encontraras más interesante.
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