Este día me he despertado más tarde que de costumbre, olvidándome que tengo una reunión en mi trabajo. Eso me hace ducharme lo más pronto posible. He salido de mi casa sin decir adiós pensando zonalmente en que tengo que estar a tiempo en mi trabajo. Manejo lo más rápido que puedo, encuentro todos los semáforos en rojos se me hace una eternidad, al fin logro estacionarme. Sin darme cuenta derramo todo el café en mi ropa, me quemo la pierna. Cierro la puerta del coche y dejo las llaves olvidadas en el carro. Lloro de frustración y después me doy cuenta de todo lo que he hecho y lo que me ha pasado por llegar a una reunión. Una reunión que no duro más de media hora y que al final se llevo a cabo sin mí. Hoy me doy cuenta que siempre las cosas pasan por algo y me ha hecho reflexionar que nada es más importante que mi vida que todo puede esperar, y si no siempre habrá una solución.
Hoy ya casi a más de un mes que he tenido un cirugía en mi pie, no encuentro mejoría y el dolor es contante pienso en ese día, lo tonta que fui en desespérame por algo sin importancia; es hoy cuando realmente valoro y me doy cuenta que hay cosas que son irrelevantes; hoy digo mil veces prefiero llegar tarde, sin correr como ese día lo hice; pero tener salud. Hoy no puedo correr o hacer muchas actividades que disfruto; tengo que esperar recupéreme y lo peor no puedo trabajar como antes.